Te intento atrapar. Tu yo onírico, paralela en sueños, intento atrapar. Te vas corriendo y voy detrás, como una potra desbocada, no me dejes olvidar, hoy no me importa nada más, he despertado a mi pesar y sólo quiero recordar la palabra que nunca me das y la intimidad que nunca me darás, pero no puedo, alma libre, te me vas, huyendo como Dafne, te irás y yo detrás.
La niña duerme en un lecho de flores, paciente, exhausta, suspensa. La niña pregunta por la niña en sueños. Dónde estoy, dónde estoy, no me veo. La niña duerme sin fin, impaciente, decepcionada, ofendida. No sabe la niña qué he hecho de ella. No quería que yo cambiase para este lado. La niña duerme enfadada. He cambiado para este lado. Renuncio a la luz de las siluetas que me cruzan. Renuncia a mí el mostrar, el dejarse una cosa ver, renuncia a mí. El sentir se me niega fuera de la estrella. Qué hacer con la verdad del tiempo, con el presente que no acaba, con el futuro que no llega y llegará demasiado deprisa, demasiado tarde. Qué hacer con las mariquitas en el pecho y la rosa en el esófago, qué hacer con la soledad, como una niña que duerme en un lecho de flores y, queriendo despertar, duerme, duerme…
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