Evito la hoja en blanco o la hoja en blanco me evita a mí. Me asusta lo que tengo dentro y también lo de fuera. Necesito un lugar donde la boca no se me seque pero es un lugar que no existe. Estoy aquí. Nada más puedo decir de esto. Mi aquí cambia todo el rato, pero es un aquí frío un aquí donde no llega la luz, es un aquí con manos de sangre. Hablo y no me escucho, no hay nadie nadie nadie. Nadie y yo que soy nadie pero soy yo y estoy. Estar, o algo así. No me atrevo a la diferencia con ser, hay demasiada niebla y escuece y me confunde. Soy por defecto. Tengo que dejar de pensar o abriré la ventana y saltaré. Y en realidad no pienso no puedo pensar y abriré la ventana y.
Espacio punto. Digo que no sé pensar. Nunca he sabido, sólo soy un montón de etiquetas. Hasta dónde llego yo y dónde empiezan los demás no lo sé. Nos hacemos o nos hacen no lo sé. A mí me hacen porque cuando me hago yo me odio, y el resto del tiempo no soy yo, soy loquetengoqueser lo que me han dicho que sea lo que me han dicho que está mal. Toda mal yo. No quiero hablar más de esto yo no quería escribir esto. Me odio me odio me odio
Te dejo escribir. No sé pensar. No soy creativa, no sé inventar, necesito una red de seguridad porque si no me hundo me hundo y me evaporo. Puedo inventar con cuidado. De pequeña inventé un caballo con alas y una chica en skate. De pequeña me inventé de mayor y ahora me invento de niña y me pido perdón. Las dudas las amigas los amigos sobre todo perdón por los amigos. Los intentos de esconderte a patadas, el dolor en los pezones, el puré de verduras del colegio, las mentiras todas las mentiras. Nunca quisimos, nunca encajamos, por eso llorabas con las bragas llenas de sangre. Tampoco quería esto.
Pruebo otra vez. El ciclista que pasa por el lado de la ventanilla es el hombre que tira una granada dentro del coche y me hace estallar. El semáforo en rojo es una invitación al juego. Saltar y el tren va a efectuar su entrada en la estación. Todo lo que veo es mi último día pero no soy yo soy ellos y tiene que funcionar. Ellos me hacen vosotros me hacéis vosotros me desterráis. Soy sólo vosotros por favor vedlo por favor cuidadme. No.
Esto no está saliendo bien. Me pongo una tapadera encima para que no salga de mí el saltamontes. Soy un tarro de cristal y las manos que lo sujetan. No puedo ser real, no sé cómo moverme, sólo soy observada de lejos. Hoy tampoco me dejo salir.
Cambio de lugar y sigo intentando. En ambos sentidos. He entrado al vagón, no me he quedado fuera del vagón, no me he quedado debajo del vagón. Me felicito porque nadie va a hacerlo. Nadie porque cosas invisibles, cosas por debajo del suelo que todo el mundo pisa, cosas que no se preguntan. No sé qué me pasa. No se ve pero algo está mal. No siento como debería no pienso como debería. ¿Cómo debería? Próxima estación...
Correspondencia con: las hojas que ya no crujen más. Me aplasto, me pierdo. A punto de olvidar mi identidad antes de descubrirla. Ya no hay más para mí. Tómate la pastilla. Grupo pequeño me pierdo no respiro. No os cuido perdón. La existencia me agota enhorabuena respiras. Es una piedra lisa y estéril. Abandono la fertilidad, la vida virgen me agarra y me corta el pelo. Alguien echó sal.
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